jueves, 11 de septiembre de 2014

Victor Jara Del Amor De Dos Obrero


La identidad latinoamericana puede llegar a confundirse con la representatividad latinoamericana. Con esto quiero indicar que no todo aquello que nos identifica logra representarnos de manera unánime, es decir, no siempre nos vemos en un mismo espejo, pese a que el resultado será el inevitable -reflejarnos-.
Y esto es justamente lo que, a mi parecer, pasa con el folclor latinoamericano, ya que existen distintos géneros propios de cada país que no logran universalizarse como de una sola región, pese a ser todos (los latinoamericanos), en cierta medida, la misma cosa.
Sin embargo, es necesario decir que existen pocos compositores (principalmente aquellos pertenecientes a la década del 60 y 70) que logran abarcar una temática conjunta como región. Es posible que esto se deba a los acontecimientos históricos sucedidos en Latinoamérica a nivel de dictaduras como fue el caso de Chile, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Perú, etc.
Los activistas sociales se pronunciaban principalmente a través de la música y el teatro, y es allí cuando debo introducir de quien se trata este artículo, Víctor Jara.
Este cantautor fue un ícono de protesta latinoamericana quien se caracterizaba, entre otras cosas, por componer obras con acordes muy particulares. Una de las canciones más conocidas de este símbolo de lucha es “Te Recuerdo Amanda” y es esta canción en la que, bajo mi percepción, uno puede lograr identificarse y representarse como latinoamericano.

Jara interpretaba esta canción en tonalidad Re Mayor. Generalmente las tonalidades mayores presuponen una narración positiva de la historia, sin embargo no sucede así con los dos obreros protagonistas.
La obra trata de dos proletarios “de esos que usted mismo ve por las calles y a veces no se da cuenta de lo que existe dentro del alma de dos obreros de cualquier fábrica, de cualquier ciudad, en cualquier lugar de nuestro continente“, en palabras del cantautor chileno.
Ambos personajes (Amanda y Manuel) son dos chilenos que viven juntos su historia de amor alrededor de todas las injusticias sociales sin especificar un territorio (por lo que se puede estar hablando de cualquier escenario latinoamericano).
Amanda, quien amaba intensamente a Manuel, en medio de la lluvia y el lodo, corría hacia la fábrica en donde él trabajaba. “Son cinco minutos, suenan las sirenas, de vuelta al trabajo, y tú caminando, lo iluminas todo, los cinco minutos te hacen florecer”. Esto evidentemente trata sobre los minutos que tiene Amanda para visitar a Manuel y de cuan radiante se vuelve su rostro al verlo.
Luego, la canción toma un giro estremecedor donde la letra citada anteriormente se contextualiza de forma distinta.
Al día siguiente Amanda visita nuevamente a Manuel pero ya los “cinco minutos” se posan sobre la piel de gallina de quien escucha el desenlace de la historia: “Ibas a encontrarte con él, que nunca hizo daño, que partió a la sierra y en cinco minutos quedó destrozado, suenan las sirenas de vuelta al trabajo, muchos no volvieron… tampoco Manuel”. Las minas de cobre estaban en la sierra andina de Chile, por lo que puede suponerse que debido a las condiciones de lucha de la clase obrera, Amanda pierde a Manuel, y como si no pasara nada (tal y como se tomaba en la época) la campana suena… porque hay que seguir trabajando.
La canción fue escrita entrando a la década del 70, año en el que Salvador Allende fue Presidente de Chile, lo que evidencia el deseo del pueblo chileno de dejar de pertenecer al gobierno derechista de Eduardo Frei Montalva.
Vale decir que el cantautor chileno, de quien se habla en este texto, murió acribillado el 16 de septiembre de 1973 con 44 impactos de bala. La dictadura de Augusto Pinochet fue quien comandó el exilio de muchos grupos activistas, así como de la muerte de protestantes chilenos, entre ellos Víctor Jara que protestaba a través de la música.
Se dice incluso que llevaron a Víctor Jara a la cumbre del entonces llamado “Estadio Chile”, hoy “Estadio Víctor Jara”, y le rompieron los dedos con los toletes. Luego de esto uno de los carabineros le devuelve la guitarra y de manera burlona le dice “toca tu guitarra”, y acto seguido lo empujan al abismo.
¿Cómo no identificarse y representarse con la música de este emblema  latinoamericano?
¡Víctor Jara VIVE!